Según los investigadores Emilio García Rivera y Guillermo
Vaidovits, el 26 de septiembre de 1896, William Finkestein, agente de Edison,
proyectó con el vitascopio la primer película filmada en
Guadalajara y una de las primeras filmadas en México: "El Lazador
Mexicano". En ese entonces había una fuerte competencia entre
el vitascopio de Edison y el cinematógrafo de los Lumiere. Estos
últimos mandaron a uno de sus agentes (Claudio Fernando Bon Bernard)
para la exhibición de su invento y se hizo en el auditorio del Liceo
de Varones (hoy Museo Regional), el 20 de octubre del mismo año;
la función duró de seis a diez de la noche y la entrada costó
veinticinco centavos (la jornada común de un día).
Del 12 al 14 de noviembre se expusieron las películas: "Lazadores
y jineteadores en Atequiza", "Pelea de gallos", "Baño
de caballos", "Elección de yuntas", "El amansador"
y "El jarabe tapatío"; imagínense las caras incrédulas
y llenas de asombro de los tapatíos de la época, al ver imágenes
en movimiento.En contra esquina de la Plaza de Armas había un pequeño
salón para diversión pública, donde se podía
admirar el kinetoscopio de Edison, era una especie de caja de madera con
un orificio para poder observar la película que pasaba dentro. Esta
primitiva cinta cinematográfica se tomaba por medio de veinticuatro
cámaras fotográficas y ya en serie producía el efecto
de movimiento. En las plazas y azoteas de las casas se montaban pantallas
de manta para proyectar las primeras películas, que por cuenta de
la cigarrera "El Buen Tono" lo hacía como propaganda de
sus cigarros. Para poder efectuar estas exhibiciones en público
se mojaba la pantalla y así se apreciaban las figuras por transparencia,
como: "Los perros contrabandistas", "A papá la purga",
"El hijo del diablo", que así como muchas, deleitaban
gratuitamente a la gente ahí reunida. A finales de 1904, el señor
Jorge Sthal fundó el primer salón dedicado al cine en esta
ciudad y lo llamó "Salón Verde". En esa época
el señor Feliciano Estrada compró el teatro "Apolo"
(Cuauhtémoc) para convertirlo en cinematógrafo y la primer
película que ahí se proyectó fue "Las fiestas
del centenario en México", era una especie de documental que
constaba de cuatro grandes rollos y presentaban el desfile histórico
encabezado por el Gral. Polavieja portando el estandarte que usó
Miguel Hidalgo al iniciar la Independencia.
Pero como no había agencias alquiladoras de películas
y éstas eran muy caras, haciendo casi imposible el cambio de programa,
el teatro Apolo fue alquilado a los Hnos. Rosete Aranda para funciones
de títeres. El señor Jorge Sthal no sólo se interesó
en exhibir películas, sino también en producirlas, así
que en 1905 filmó varias cintas de esta ciudad: "La Salida
de misa en catedral", "Paseos a los colomos" y "Los
portales". También tiene el honor el señor Sthal de
hacer la primer producción con argumento "Ladrón de
bicicletas", pero las autoridades consideraban a la cámara
cinematográfica como una inseguridad pública por la gran
cantidad de gente que se aglomeraba y durante la toma de "Ladrón
de Bicicletas", el coronel España, jefe político, persiguió
hasta el Agua Azul donde era la culminación de la acción
con la captura del ladrón; y capturó junto con "el ladrón",
al director, a los actores, técnicos y demás personal que
terminaron en la cárcel.
A pesar de los obstáculos, muchas veces económicos, del
cine tapatío, se fundaron varios salones de cine; así que
poco a poco la industria fílmica tomó terreno en la ciudad.
Frente a la catedral estaba el "Olimpia" o el "Halley",
que daban sus funciones por tandas de 25 centavos la entrada, ahí
se proyectaban las películas de origen francès "Caza
a la peluca" y "El primer puro de un colegial", entre otras.
El señor José Castañeda fundó en 1912 el "Salón
Azul" situado en la calle Pedro Moreno; este señor se adelantó
al cine sonoro porque simulaba los ruidos de los escasos autos que aparecían,
con un saco de botellas quebradas; con unas cáscaras de coco las
patadas de los caballos y hablaba por los actores. La gente gritaba en
cada función. ¡Qué nos la explique Don José...¡qué
nos la explique Don José!, y éste con una vara en la mano
explicaba pacientemente cada escena de la película. Los señores
José Montes y Carlos Pérez Rojas fundaron la dinasía
más importante en la historia del cine de la ciudad, en su empresa
aparecieron el "Excélsior", "Allende" y "Cuauhtémoc";
este último se reinauguró el 17 de octubre de 1911 con la
película "Vonot", alcanzando en su primera exhibición
la suma de catorce pesos, tomando en cuenta que la luneta costaba 10 centavos
y la galería 5.
Después apareció el cine "Lux" (antes Olimpia)
fundado por Luis Pérez Verdía; el cine "Hidalgo"
en la calle Mezquitán, regenteado por Salvador Villalobos Luna.
En 1917 con la gran conmoción revolucionaria el cine sufrió
casi un paro total por las constantes guerras, pero para 1919 se inauguró
el cine "Tabaré" y para 1926 aprecían los cines
"Imperio" en el edificio que actualmente alberga a la Lotería
Nacional. el "Tabaré" en Santa Mónica 409 y el
"Zelayarán" actualmente donde está el cine Avenida.
A finales de 1930 llegaron a Guadalajara las primeras películas
con sonido, este sistema eran discos acoplados al proyectar (vitáfono),
que frecuentemente se desincronizaba, ¡pero eso sí!, le daban
un sabor muy especial. Lo que si fue de muy mal sabor fue para los músicos,
porque ya cimentado el cine sonoro, fueron desplazados. De aquí
en adelante el cine siguió a pasos agigantados; apereció
el sistema de fotocelda acabando con las desincronizaciones; actualmente
trabajan varios cines en nuestra leal ciudad, proyectando el séptimo
arte para diversión y asombro de los miles de tapatíos.
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