Mexicaltzingo se fundó entre el 14 y el 16 de
febrero de 1542, fray Antonio Tello nos dice que : "De la otra parte
del río, algo apartados enfrente de la ciudad, poblaron algunos
indios mexicanos, en unas fuentes u ojos de agua, de los que habían
venido con el Virrey D, Antonio de Mendoza y pusieron por nombre al pueblo
Mexicaltzingo.El historiador Matías de la Mota Padilla nos informa
que el virrey Mendoza trajo del Valle de México, a muchos indios
en calidad de auxiliares de las tropas españolas para combatir la
rebelión cazcana del Mixtón después de terminar con
la guerra "algunos mexicanos, siendo estos de mayor actividad como
más expertos en fábricas por las que en México se
habían hecho, quisieron quedarse algunos que se casaron con las
indias de Galicia, y por ello y que tuviesen que cultivar, se les permitió
asentasen su población al Poniente, en la vega de dicho río
dividiendo términos con Analco del Sur a Norte y quedando la ciudad
a la parte Norte de la nueva población, a la que se le dio el título
de San Juan de Mexicaltzingo".
|
|
El primitivo pueblo de Mexicaltzingo era pequeño, Mota Padilla
nos dice que eran "expertos en fábricas", pero poco construyeron
en su barrio ; mientras que Guadalajara, Analco y San Juan de Dios tenían
algunos edificios importantes allá por el siglo XVII, Mexicaltzingo
sólo tenia una ermita o capilla muy pequeña, de adobe y zacate.
Capilla que dependía del cercano convento de San Francisco y estaba
muy bien cuidada, ya que "adornabonla los indios y proveenla de todo
lo necesario de cera y vino, imágenes y ornamentos, de sus haciendas
y esto muy cumplidamente". A principios del siglo XVII ya formaba
parte de la ciudad este barrio y al paso del tiempo, fue famoso por sus
muchos artistas y artesanos. Siendo aún un pueblo muy joven, cobró
enorme veneración el Cristo de la Penitencia de Mexicaltzingo, imagen
que nos ha dejado leyendas e historias para saborearlas en ese tiempo que
nos toca vivir.
El presbítero José Trinidad Laris nos narra que entre
los años de 1575 y 1598, en el convento de San Francisco había
un religioso franciscano que tenía unas ganas enormes de una figura
de un Cristo, y sucede que un día de esos tocaron las puertas del
convento y atendió el hermano portero a unas personas que preguntaron
por el religioso en cuestión, resulta que le llevaban un Cristo
de tamaño natural para vendérselo.
Así que el portero llamo al Superior avisándole de la
venta, pero el superior les dijo a las personas que un religioso franciscano
no podía adquirir cosa alguna, por sus votos de pobreza ; los que
vendían la imagen le insistieron en que le dejarían el Cristo
y algún día regresarían por el pago. Como ya se imaginarán
el religioso que quería desde un principio un Cristo, le rogó
tanto al Superior del convento, que este aceptó que se quedara con
el.
Esta imagen permaneció en el convento hasta fines del siglo XVII,
ya que por los estragos del tiempo, se le mando incinerar a las monjas
del convento de Jesús María ; pero en dicho convento milagrosamente
el crucifijo se renovó, cuentan también que una monja del
mismo lugar se desposo con el Cristo y este "desprendiendo su mano
derecha de la cruz, presentóle el dedo anular para que ella colocara
en el anillo de sus desposorios eternos, tomando desde entonces el nombre
de Sor María de Jesús de la Penitencia".
|
Nuevamente pasó la imagen a San Francisco y pasado un tiempo
la donaron a los habitantes de Mexicaltzingo ; una noche de tormenta, colocaron
el crucifijo bajo un árbol de ese barrio y a la mañana siguiente,
al descubrirlo los indígenas "comenzaron a danzar delante de
la imagen del Señor de la Penitencia" Ahora veamos lo que nos
dice el canónigo Luis Enrique Orozco en su obra "Los Cristos
de caña de maíz y otras venerables imágenes de Nuestro
Señor Jesucristo", referente al Cristo de la Penitencia. |
Nos cuenta que este Cristo fue hecho con pasta de caña como material
básico, se cree que date de 1585 y que se haya fabricado en el taller
escultórico de los hermanos Matías y Luis de la Cerda. También
menciona la posibilidad de que haya sido fray Lorenzo de Zuñiga,
guardián de San Francisco de Guadalajara, quien adquirió
y trajo la imagen que está en Mexicaltzingo, así como otra
muy semejante. Uno de estos dos crucifijos traídos por Zuñiga,
fue colocado en la iglesia del convento de San francisco, donde permaneció,
desde finales del siglo XVI, hasta la madrugada del 14 de abril de 1936,
donde un incendio destruyó gran parte del templo, quemando por completo
al Cristo conocido por siglos como de los Desamparados. El otro crucifijo
(el de la Penitencia) estuvo colocado en el ángulo noroeste , al
pie de la escalera del antecoro del claustro de dicho convento ; el origen
del nombre del Señor de la Penitencia, colocado en la sala conventual
de profundis, partió del hecho de que los estudiantes coristas de
San Francisco cuando no sabían dar su lección a los maestros,
tenían que rezar la "penitencia" ante el Cristo quedándole
así tal nombre".
A principios del siglo XVIII, el crucifijo se encontraba en muy mal
estado por "la intemperie y la incuria destructible del tiempo",
desfigurado y apolillado ; así que los franciscanos acordaron que
fuera incinerado, para eso les mandaron a un indio de Mexicaltzingo que
era el encargado de dichos menesteres, pero al indio le gustó tanto
la imagen, que les pidió a los monjes que mejor se la regalaran
y ellos se la dieron. Trasladó el crucifijo a su casa ubicada en
la calle Manzano, pero como lo vio muy picado por la polilla, se los llevó
a las monjas de Jesús María para que lo restauraran y le
hicieran una cabellera.
En este convento, la imagen se restauró milagrosamente y comenzó
a hacer milagros con una religiosa paralizada, curándola completamente.
De Jesús María pasó nuevamente a la casa del Indio,
pero contaban que "habiendo sido trasladado a la casa del indio y
siendo tantas las peregrinaciones que hacían las gentes para ver
al señor de la Penitencia retocado, la Sagrada Mitra ordenó
que fuera colocado en la entonces pequeña capilla de San Juan Bautista
de Mexicaltzingo". El 27 de abril de 1896, robaron las joyas que tenia
ese crucifijo, la corona de espinas de oro, los calvos del mismo material
y varios anillos que estaban entre los dedos ; la fiesta de este Cristo
es el Jueves de la Ascensión del Señor ; en el patrono de
los trabajadores del rastro y carniceros de Guadalajara. Era costumbre,
los martes de carnaval, bajar el crucifijo y limpiarlo con algodones que
la gente tomaba después como reliquias ; todos los viernes en las
tardes y noches era muy usual que los fieles entonaran en grandes coros
la cuarteta :
¡Oh Dios de la suma bondad!
pues eres todo clemencia,
ten de nosotros piedad,
Señor de la Penitencia.