Una Fantástica Visión


Cuando terminaron los tiempos de la conquista de la Nueva Galicia, fray Antonio de Segovia, quien fue el que les regaló la famosa virgen a los zapopanos, se recogió en el convento de San Francisco de Guadalajara, pues ya había cumplido con su misión de pacificar y extender la fe cristiana entre los naturales.

A este padre le gustaba subir al coro a orar, pues aprovechaba la quietud y soledad del lugar para entregarse por completo a la oración . Un día de esos en que fray Antonio estaba en su rezo, entró un hermano lego al coro, notando que el lugar estaba muy claro y resplandeciente, como si lo bañara el sol por dentro ; pro entes de retirase el religioso, oyó como fray Antoni recitaba los salmos en voz alta y eran respondidos por otras voces, completando la salmodia

El hermano se retiró de ahí sonriendo, pues le daba gusto que algunos frailes franciscanos le ayudaran a rezar al padre Segovia, quien ya estaba muy viejo y completamente ciego; bajó al refectorio, pero cual fue su sorpresa al encontrar ahí a todos los monjes del convento.

Corrió apresuradamente rumbo al coro para ver quienes acompañaban al padre Antonio, pero cuando llegó al lugar la visión había desaparecido. Desde ese día, siempre se comentó que los mismísimos ángeles ayudaban a rezar a fray Antonio de Segovia.



 


 
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