Monumento a la Independencia


Sin duda alguna es el monumento más notable que se construyó durante el porfiriato en esta ciudad. Se erigió para conmemorar el centenario en la Independencia nacional. Quince meses antes de comenzar los festejos, el gobernador del Estado, coronel Miguel Ahumada, aprobó el programa general elaborado por la H. Junta del Centenario.
Este itinerario incluía desfiles de carros alegóricos, conferencias culturales, exposiciones, inauguraciones de muchas obras de ornato, juegos pirotécnicos, repique de campanas, audiciones musicales, bailes, banquetes y la construcción de dicho monumento conmemorativo.

La comisión encargada de este proyecto escultórico, estuvo integrada por los ingenieros Mariano Schiaffino, Guillermo de Alba, Rafael de la Mora, Ignacio L. Montenegro y por el doctor Felipe Valencia; quienes convocaron el 8 de julio de 1809, a ingenieros, arquitectos y artistas, para que presentaran sus respectivos proyectos con el fin de escoger el mejor. Después de un minucioso estudio de los trabajos presentados para el concurso, se acordó darle el premio el 18 de febrero de 1810, al ingeniero Alberto Robles Gil y al arquitecto Eulalio González del Campo. Este bello conjunto se levanta en la parte central de la Calzada Independencia (en el lugar ocupado hace mucho tiempo por el Puente Medrano). En la confluencia con la Av. la Paz, está colocado en una glorieta de dos zócalos de cantera roja superpuestos; el primer circular y el segundo cuadrangular con ángulos ochavados, donde se levanta la pilastra labrada del mismo material con cuatro salientes en el extremo inferior. Hay en este conjunto escultórico cuatro estatuas de mármol blanco muy bien ejecutadas, en figura de mujer sentada y con túnicas.
Se representa a la Historia, con su rostro vuelto hacia la derecha, su brazo derecho descansa en el moldurado del segundo cuerpo de la columna y la mano izquierda se apoya en un texto de la Historia Patria, sobre su rodilla.
La diosa de la epopeya nacional, segunda escultura femenina, toca una larga trompeta y sostiene en su mano izquierda el lábaro independentista, con una actitud airosa y triunfal. En otro conjunto escultórico, aparece un león con sus fauces abiertas y sobre su cabeza un águila con alas despegadas en alto relieve, en un óvalo de mármol y tiene las cadenas de la esclavitud rotas. Simboliza la Abolición de la Esclavitud.
Por último en la cara principal de la pilastra está Miguel Hidalgo, quien dirige a sus hijos oprimidos que comienzan a levantarse en armas, para iniciar la Independencia. Culmina el monumento con la imagen de bronce de la Victoria, sosteniendo una corona de laureles y un libro que declara la soberanía del país y en la parte inferior de la base, un nicho guarda un pebetero de bronce y circunda al monumento una gruesa cadena.


 


 
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