Primer Domingo de Cuaresma
Desde mucho antes de la definitiva fundación de Guadalajara
en este lugar, en Tlacotlán (fundada en 1535) se le llamaba al primer
domingo de Cuaresma, "Domingo de Piñata", "Domingo
de la Sardina" o "Domingo de la Vieja", en la época
colonial se celebraba en esta ciudad el Domingo de Piñata"
y los encargados de festejarlo eran los alumnos del Instituto de Ciencias
y Artes. Principalmente participaban los que cursaban las carreras universitarias,
como los del Colegio de San Juan de Letrán y los de la Universidad
de Santo Tomás de Aquino, en estos festejos los alumnos se distinguían
por unas insignias que se ponían: amarillas los de medicina, blanca
los teólogos, verdes los canonistas, rojas los de derecho civil
y azules los de filosofía. |
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En la tarde del domingo se dirigían todos los alumnos a la casa
del Rector para invitarlo a la "Mascarada" o "Encamisada",
según los que habían organizado para presentarse el día
siguiente. Las "Encamisadas" eran cabalgatas "en que los
estudiantes llevaban sobre sus mantos y becas unas largas camisas blancas,
muy semejantes a las usadas por la nobleza española en las famosas
Encamisadas de la Edad Media".
Los encamisados portaban su birrete universitario y como en ese tiempo
no había luz eléctrica, llevaban en su mano izquierda antorchas
para alumbrar el camino, dejando libre su brazo derecho para lucir los
colores de sus insignias. De esta manera cruzaban la ciudad y cuando pasaban
por alguna de las casas sus maestros o conocidos, frente a sus ventajas
ejecutaban danzas ecuestres. Las "Mascaradas" tenían el
objetivo de representar una obra de algún hecho histórico
alusivo a la vida de la ciudad o pueblo donde se desenvolvía, en
Guadalajara solo hay mención de una famosa mascarada que fue una
parodia de la hecha en la antigua Tenochtitlán, mascarada que se
verificó en los años del presidente de la Real Audiencia,
Pedro de Otarola. Al paso del tiempo, los festejos del "Domingo de
Piñata" cambiaron a ser solo reuniones donde "los estudiantes
motejaban con gracia a sus compañeros al reproducir un cuadro real
de la vida de colegio simulando que guardaban a éste o aquel en
alguna de las facultades de la Universidad".
Aquí se pronunciaba un discurso satírico llamado "vejamen";
como el lugar de estas reuniones se daba en la Plaza de Armas, "armaban
locas camorras en que intervenían los Corchetes y Alguaciles de
la Real Audiencia". En este tiempo la Semana Santa se traduce a vacaciones,
fiesta y descanso; quedando olvidados esas viejas costumbres y tradiciones,
que alguna vez vivieron la gente tapatía y que solo nos queda el
recuerdo escrito de esa hermosa época que nunca volverá.
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